¿Cómo entrenar?


El cuerpo se adapta a los requerimientos del ejercicio en un proceso que debe ser gradual. Acelerar el programa de trabajo puede redundar en lesiones o enfermedades.
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El entrenamiento deportivo introduce cambios físicos y psíquicos a los cuales tendremos que adaptarnos, y a través de este proceso seremos más eficientes en nuestra práctica.

El ejercicio también induce cambios sutiles a medida que el cuerpo se adapta al aumento de las demandas impuestas. De hecho, los cambios diarios resultan muchas veces inconmensurables. Toma semanas, meses y años de paciente trabajo para alcanzar altos niveles de rendimiento. Al apurar el proceso arriesgamos lesiones, enfermedades o ambas.

Además, muchas de las adaptaciones al ejercicio son reversibles cuando se detiene su práctica.

Las adaptaciones son específicas en lo que se refiere al entrenamiento de fibras musculares, canales o vías de energía, el tipo de entrenamiento y el tipo de ejercicio. Un trabajo de resistencia, por ejemplo, desarrolla enzimas aeróbicas y vías aeróbicas para quemar nuestro combustible, y tiene poca influencia en el desarrollo de fuerza muscular. El entrenamiento de fuerza lleva a un aumento de las proteínas contráctiles en el músculo y su hipertrofia, con poco efecto en nuestra capacidad aeróbica. Usted obtiene como resultado una adaptación a lo que entrena.

Y lo anterior debe ser progresivo y paulatino. La progresión implica un aumento gradual de la intensidad de las sesiones, su duración y frecuencia. Los programas modernos de entrenamiento utilizan ciclos para asegurar una progresión adecuada que considera tiempo de descanso y recuperación. Un típico ciclo de cuatro semanas de entrenamiento de resistencia involucra tres semanas de aumento gradual en la carga de entrenamiento, seguidas de una semana de entrenamiento con carga reducida.

En esto hay que variar el programa para evitar aburrimiento y lesiones de abuso. Alternar lo duro con lo fácil, el trabajo con el reposo. Porque ojo: sesiones sucesivas de trabajo duro sin un tiempo adecuado para el reposo y la recuperación detienen el progreso.

Los atletas responden de manera diferente al mismo entrenamiento, por muchas razones. Entre ellas se cuentan diferencias hereditarias, de madurez, de nutrición, de nivel de acondicionamiento, factores ambientales de sueño y reposo, de enfermedad, de lesiones, de disposición, y de motivación. Los programas de entrenamiento deben ser individuales para corresponder a las diferencias particulares.

El cuerpo se adapta a las cargas progresivas, hasta la sobrecarga, cuando el entrenamiento excede las demandas para desarrollar las adaptaciones deseadas. Así, cuando el cuerpo responde bien a una carga dada, más carga debe añadirse.

Calentando motores

Siempre hay que tener en cuenta el calentamiento, que despierta a todo nuestro cuerpo, fundamentalmente al sistema nervioso, los sistemas de movimientos de energía corporales, al sistema cardiorrespiratorio y al músculo esquelético, aumentando la temperatura corporal. El calentamiento ayuda a protegernos de lesiones musculares, de tendones y de ligamentos. El "descalentamiento" ayuda a remover los productos de desecho generados por el ejercicio, acelerando la recuperación.

Se requieren años de esfuerzo para alcanzar el nivel de entrenamiento necesario para lograr un rendimiento de alto nivel. Una dedicación de largo plazo permite una adaptación gradual y el desarrollo de destrezas neuromusculares, junto a un normal desarrollo y crecimiento. Como regla general, las cargas de entrenamiento semanales y las anuales no deben aumentar más allá de un 15%.

Debemos entrenar con moderación. Este principio se aplica al entrenamiento y a otros aspectos de la vida; mucho de cualquier cosa puede ser malo para nuestra salud. Si entrenamos muy duro, o muy rápido o muy largo, nuestro cuerpo comenzará a deteriorarse. El principio de la moderación atañe a todo nuestro campo de acción, incluyendo al deporte.

Fuente: www.emol.com

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