Muchas cosas se dicen sobre este tipo de alimentos, suficientes como para confundirnos a todos. Las dietas comunes suelen animarnos a minimizar el consumo de esta maravillosa fuente de energía. Por todo lo que se dice de ellos, ¿es este nutriente básico realmente merecedor de tan mala reputación? Seguir Leyendo...
Debemos tener en cuenta que los carbohidratos son uno de los componentes más importantes en toda dieta. Consumirlos en pequeñas cantidades y obtener un desempeño satisfactorio en el campo, no van de la mano. Cuando corremos, el cuerpo prefiere este nutriente como fuente básica de energía. De hecho, si los carbohidratos no están presentes, el organismo convertirá grasas y proteínas en energía, lo cual puede parecernos bien en la mayoría de los casos. Pero, la verdad es que el combustible obtenido de esa manera es insuficiente para la rutina de un atleta. Por consiguiente, hay que tener presente que si no ingerimos suficientes carbohidratos y seguimos entrenando, nuestro cuerpo derivará en un estado de fatiga tanto física como mental.
Algo que no debemos olvidar
Contrariamente a lo que se cree, consumir carbohidratos no te hará ganar grasa corporal. Comer más calorías de las que quemas es la verdadera causa. La mayoría de programas dietéticos parecen centrarse en la reducción o eliminación este alimento, con el único fin de perder peso. Esto último solamente se debe aplicar en aquellas personas que están acostumbradas a ingerir grandes cantidades de comida rica en este nutriente. Pero siempre debemos tener presente que los mejores ingredientes para un saludable plan nutricional son: equilibrio, variedad y mesura. Si los carbohidratos son eliminados, el plan falla.
Aclarando las cosas
Hay términos que aparecen en algunas etiquetas de comida, como “carbohidratos netos” o “carbohidratos efectivos”. Esto no quiere decir que estos nutrientes estén ausentes. Para estimar la cantidad exacta de esta fuente de energía, se deben restar los gramos de fibra y polialcoholes de la cantidad total de carbohidratos. Esta operación se complica un poco pues, tanto la fibra, como los polialcoholes no son completamente digeridos por nuestro organismo; no cuentan, por tanto, como carbohidratos en su totalidad. Aún así, siguen siendo fuente de calorías y como se mencionó anteriormente, son éstas las que contribuyen al incremento de grasa corporal y no los carbohidratos específicamente.
También apreciamos en ciertos productos que los carbohidratos son reemplazados con algún sustituto alimenticio. Por ejemplo, la harina de trigo es comúnmente cambiada por harina de soja, fibra, polialcoholes o grasa. Ahora bien, no hay mayor inconveniente en consumir productos que contengan estos sustitutos; en especial la harina de soja. La fibra es un excelente aditivo para la dieta, pero debemos estar seguros de cómo nuestro organismo reacciona al alto consumo de ella, y al mismo tiempo, al bajo consumo de carbohidratos. Puede contribuir a presentar problemas gastrointestinales durante algunos entrenamientos exigentes. El consumo de polialcoholes como sustituto puede derivar en problemas de diarrea, gases e hinchazón. Por último, un reemplazo de carbohidratos por grasa puede traer problemas cardiovasculares.
Muchas de las comidas catalogadas como “bajas en calorías” tienen la ventaja de ser rápidamente procesadas por nuestro cuerpo. Por otro lado, el procesamiento de las mismas se aleja de una buena calidad nutritiva. Puedes estar consumiendo productos que tengan básicamente calorías y al mismo tiempo, no proveer a tu organismo de otros nutrientes que necesita. Se sugiere revisar y comparar muy bien las etiquetas de los productos para asegurarse una buena y equilibrada nutrición.
¿Debo entonces consumir carbohidratos?
Un corredor nunca debe preguntarse si debería seguir una dieta baja en carbohidratos. Recuerda que su mayor ventaja es producir energía. Carga tu cuerpo con una dieta rica en estos nutrientes para maximizar tu entrenamiento y competencia. Ahora bien, lo que puedes hacer es modificar tu plan alimenticio de acuerdo a los tipos de carbohidratos que consumas. No olvides que las grandes fuentes naturales de este nutriente incluyen todo tipo de cereales, judías, frutas frescas, leche y vegetales.
Recuerda tener cuidado con esas pomposas cajas de cereales que te encuentras en los supermercados: los carbohidratos procesados y con azúcar pueden llevar a la obtención de grasa corporal no deseada más rápido de lo que imaginamos. Por eso, hay que fijarse bien en los componentes de cada producto. Una buena alternativa podría ser el consumo de avena con fresas, frambuesas o moras, o incluso, con yogurt de vainilla y un poco de canela.
Fuente: www.maraton.es
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