Correr puede producir euforia


La euforia del corredor: todos los atletas han oído hablar de ella; la mayoría parece creer en ella y muchos dicen haberla experimentado. Pero durante años los científicos se han reservado el juicio porque ninguna prueba rigurosa confirmaba su existencia. Seguir Leyendo...
Sí, algunas personas afirmaban haberse sentido tan bien cuando hacían ejercicio que era como si hubieran tomado psicotrópicos. Pero ¿esa sensación era real o sólo una ilusión? E incluso si era real, ¿qué se supone que era esa sensación y qué la causaba?

La hipótesis de la euforia proponía que había efectos bioquímicos reales del ejercicio en el cerebro. Los neuroquímicos liberados eran endorfinas, los opiáceos naturales del cerebro. Correr no era la única forma de sentirse así; también ocurriría con la mayoría de los ejercicios intensos o de resistencia.

El problema con esta hipótesis era que resultaba imposible hacer una punción lumbar antes y después de que alguien hiciera ejercicio para verificar si había un flujo de endorfinas hacia el cerebro. Los investigadores detectaban endorfinas en la sangre después de que las personas corrieran, pero no podían viajar de la sangre al cerebro, de modo que durante más de 30 años la euforia del corredor siguió siendo sólo una hipótesis.

Pero ahora se puede ofrecer la respuesta. Utilizando avances en neurociencias, un grupo de investigadores alemanes informa en la última edición de Cerebral Cortex que la creencia popular es verdad: correr, sí, estimula un torrente de endorfinas en el cerebro. Las endorfinas están asociadas con cambios de ánimo, y cuantas más endorfinas bombea el cuerpo de un corredor, mayor es el efecto.

Importantes investigadores de las endorfinas no asociados con el estudio dijeron que aceptaban estos hallazgos. "Es impresionante", dijo el doctor Solomon Snyder, profesor de neurociencias de la Universidad Johns Hopkins y uno de los descubridores de las endorfinas en 1970.

"Me gusta", dijo Huda Akil, profesor de neurociencias de la Universidad de Michigan.

Para los atletas, el estudio ofrece una suerte de reivindicación y están abriendo un nuevo capítulo de las ciencias del deporte. Muestran que es posible definir y medir la euforia del corredor, y que sería posible entender qué la produce.

El investigador principal del nuevo estudio, el doctor Henning Boecker, de la Universidad de Bonn, dijo que obtuvo la idea de probar la hipótesis de la endorfina cuando se dio cuenta de que los métodos que él y otros estaban utilizando para estudiar el dolor podían aplicarse a este problema.

Boecker y colegas reclutaron a 10 corredores de fondo y les hicieron una tomografía antes y después de una carrera de dos horas, y les aplicaron un test psicológico habitual para detectar el estado anímico.

Los datos mostraron que las endorfinas eran producidas durante la carrera y que se unían a zonas del cerebro asociadas con las emociones, en particular las áreas límbicas y prefrontales. Son las mismas que intervienen en el amor romántico o "cuando uno escucha una música que le da euforia, como el Concierto de Piano N° 3 de Rachmaninoff".

"Algunas personas tienen experiencias extremas", dijo Boecker, que afirmó que se siente completamente relajado después de correr o andar en bicicleta.

"Uno realmente podía ver la diferencia en la cara de las personas que intervinieron en el estudio después de dos horas de correr", agregó.


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